Comprenderá usted, "somos perfectos", que a esta señora no se la condena socialmente por haberse bebido un cubata, dos, o diecisiete si le apetece. Sino que aquí lo que se condena es que trate de acceder a un local amenazando con un cargo público que le han dado parte de los yeclanos, y además chulear de ello. Y que esta señora no es alguien cualquiera, es una concejal del ayuntamiento de Yecla, que cobra un sueldo (bastante generoso para el trabajo que hace, prácticamente ninguno), y que eso la convierte en una persona con responsabilidad que debe saber comportarse adecuadamente y no tratar de ganar privilegios con su cargo. Que ser concejal no trae privilegios, trae obligaciones con la ciudadanía. Si ustedes, votantes, no comprenden eso, apaga está democracia y vámonos porque no hay nada que hacer. Saludos.

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