Decenas de hermanos y cofrades trabajan a contrarreloj de forma meticulosa para cortar, colocar y dar forma a los adornos florales que acompañan cada trono. La flor está condicionada por la escena que representa el paso y es un elemento que además se utilizan para caracterizar a las cofradías.

Las flores y sus colores transmiten su significado, las que acompañan a la Virgen suelen tener colores claros o tonos pasteles, en los apóstoles y demás personajes, por ejemplo, encontramos más diversidad de colores, algunos de ellos los ligados a la propia cofradía.

Son actuaciones que no están recogidas oficialmente pero sí contempladas en el mundo cofrade. La flor que más nos vamos a encontrar en los desfiles procesionales es el clavel, hasta hace unos años era la flor más utilizada para adornar los pasos. En la actualidad, se abre paso la orquídea, las calas, las rosas y las margaritas, no obstante, el clavel, ha sido siempre la flor por excelencia en España.

Arduo trabajo es el de colocarlas y es que la decoración ornamental en ningún caso, puede restar protagonismo a las imágenes. La flor adorna y corrige los pequeños desperfectos que puedan haber en los pasos.

Ángel Muñoz es cofrade y paso es uno de los que más destaca por su arreglo floral, el Cristo de la Buena Muerta y María Santísima de la Estrella, ellos mismos son los encargados de su compra y su posterior arreglo. Tere Navarro, de Taiga Floristas, nos cuenta que el gasto medio oscila entre los 500 euros hasta los 3.000 euros.