Desde la declaración del estado de alarma los mayores se han convertido en uno de los sectores de la población más sensibles. Los contagios se han multiplicado entre ellos y las residencias de ancianos se han convertido en un foco de propagación de esta pandemia.

Todo el personal que entra a esta residencia está obligado a seguir un protocolo que comienza con la limpieza de calzado en una alfombra con lejía, toma de temperatura y lavado de manos con alcohol. Las medidas se han extremado porque los más de 60 residentes son personal de riesgo.

Nuestros mayores son vulnerables porque la mayoría presenta patologías previas, diabetes, hipertensión, alzheimer u otro tipo de demencias y el personal sanitario que les atiende tiene que extremar las precauciones.

Lo más difícil de esta situación es la falta de contacto con los familiares, no pueden visitar a sus mayores para protegerles. Esta residencia ha optado por realizar video llamadas que les permitan estar un poquito más cerca.