La hostelería, de nuevo, vuelve a sufrir las consecuencias del incremento de los casos activos por coronavirus. El sector se siente vapuleado por la administración y se queja de que, a pesar de cumplir con las normas sanitarias, les toca pagar el pato de una situación de la que no se sienten responsables.

La reducción al 30% del aforo en el interior de los locales y el límite del aforo de las celebraciones al 30% con el ocio nocturno cerrado, les hace muy difícil abrir cada día la persiana. Estas medidas están haciendo mucho daño al sector con cierre de negocios y pérdida de empleos cuando, recalcan, todos hosteleros, sin excepción, se han preocupado por cumplir a rajatabla las normas sanitarias.

El enfado de los hosteleros con el consejero de Salud es tan grande que piden su dimisión por considerar las medidas muy injustas.