Escándalo en La Constitución. Un proyecto nuevo y tierno, formado por un equipo de mayoría sub25 al que se le echaba encima la responsabilidad de devolver por la vía rápida a 2ªRFEF a una afición con solera, ha pegado a dos de marzo un estoque que apesta a definitivo para la consecución del título de liga. Los azulgranas realizaron su encuentro más completo como local en cuanto a juego ante un rival de futbolistas contrastados. Y es que La Unión no hizo mal partido, pero fue torturada y amordazada ante un Yeclano que no le permitió chutar entre los tres palos ni una sola vez.

En tan solo 25 partidos de liga, quince de ellos sin encajar gol, y 5 de copa federación, Adrián Hernández ha cuajado un plantel con el que asumía más riesgos que certezas y avanza ahora decidido a lograr la excelencia con 10 puntos de ventaja más el goalaverage al segundo cuando restan tan solo 27 puntos por disputar. Conseguir algo así solo se puede alcanzar cuando se junta quien sabe enseñar muy bien con quien tiene hambre de aprender y crecer mucho, y en un entorno donde el fútbol no solo se vive sino que se siente con toda el alma.

Esta vez fueron dos, aunque debieron de ser más. Este Yeclano ¡en ciernes! demostró que ya sabe lo que es jugar en La Constitución, generando más de doce ocasiones claras de gol. Y a la vez, evidenció con sus fallos tanto en pases como en el área que todavía tiene muchísimo margen de mejora individual y coral. Solo esos errores dieron opción a que La Unión soñara con el empate al no haberse cerrado el partido en vez de a que diera las gracias por no salir goleada.

El líder, que es el menos goleado y con más goles a favor, no tiene un pichichi concreto sino que posee ya quince goleadores. Cuando no es uno, es otro. Y hoy les ha tocado al canterano Luispa acertando con un tiro cruzado desde la frontal, y a Alvarito, que se estrenó precisamente en la ida con un golazo y esta vez ha regalado una preciosa vaselina para sentenciar a la media hora de juego de la segunda parte. Y llegados a este punto, del partido no merece más la pena hablar, porque con decir que se han quedado sin jugar (con el febrero que han hecho) Gabri y Mario, o David (el que paró el providencial penalti en La Unión), y sin convocar Tomé, Moreno o Mora, ya lo dice todo.

En definitiva. Solo una catástrofe nuclear con algún Putin de por medio parece lo único que podría evitar la gloria azulgrana. Pero aunque esos diez puntos más el goalaverage te permiten el lujo de hasta compadrear el domingo en el Barnés, es el momento de no ser mediocres.