El pasado martes dos chicas que caminaban por la Avda. de san Pablo en dirección a la Avenida de la Paz fueron sorprendidas por un hombre que, sin dejar ver su rostro al ir cubierto con una capucha y una braga de cuello, comenzó a realizarse tocamientos obscenos mientras las llamaba.

Decidieron, una noche más, salir a hacer deporte por una zona muy transitada y conocida para ellas por recorrerla habitualmente pero este martes se vieron sorprendidas por un merodeador que les amargó lo que esperaban fuera un paseo agradable.

Inmediatamente llamaron a la Policía Local, que llegó en apenas 4 minutos para proteger a ambas mujeres, pero mientras tanto la acción se repitió por segunda vez ya que el hombre las siguió y volvió a realizarse tocamientos. El agente que las atendió mantuvo en todo momento la comunicación hasta que una patrulla llegó hasta donde ellas estaban.

La policía continuó en contacto más tarde con las dos mujeres interesándose por su estado y recabando toda la información que les pudiera llevar a la localización del individuo. Por suerte todo quedó en un susto pero de nuevo surge la pregunta de por qué las mujeres no pueden salir solas a la calle a cualquier hora del día por miedo a agresiones machistas.